Rehabilitación con prótesis: Amputación de extremidades inferiores

La rehabilitación física o fisioterapia tienen como objetivo en el paciente con amputación establecer una intervención por medio de ejercicios fisioterapéuticos, y en algunos casos aplicación de agentes físicos para optimizar el funcionamiento del muñón, con la finalidad de lograr utilizar una prótesis de miembro inferior.

Una prótesis de miembro inferior, se trata de un dispositivo mecánico diseñado para imitar y sustituir de forma artificial una parte o la totalidad de la extremidad que se ha perdido a causa de una amputación por accidente o enfermedad.

Las prótesis se diseñan de forma personalizada de acuerdo con las necesidades de cada paciente, sus medidas, peso, tipo de muñón y su estado de salud.

De esta forma, estos dispositivos médicos devuelven a los pacientes el apoyo, fuerza y equilibrio que necesitan para volver a caminar, reemplazando así las partes y funciones de la pierna biológica.

Aspectos a considerar para la rehabilitación en la amputación de extremidades inferiores

Cuando se busca crear un plan de tratamiento fisioterapéutico para el paciente con amputación de miembro inferior se debe contemplar los siguientes aspectos:

1. Conocer el nivel de amputación, cuando se sabe a qué nivel es el corte, se puede plantear que estructuras óseas y musculares son las que se van a trabajar, es decir, a partir de esto se deben valorar los rangos de movimientos de las articulaciones más cercanas al muñón y lograr que estas mantengan sus movimientos lo más amplias posibles.
2. Conocer sobre las funciones y movimientos que puede llegar a realizar el paciente con la prótesis de brazo o pierna, en otras palabras, se debe conocer qué prótesis va a utilizar el paciente para plantear los objetivos a cumplir con la rehabilitación.
3. Edad y actividades del paciente, por ejemplo: La rehabilitación para un niño será diferente a la de un adulto, la rehabilitación física es importante, así como también el trabajo de la terapia ocupacional. Ambas disciplinas se tienen que complementar para que el paciente logre realizar ciertas actividades con su prótesis.
4. El estado de salud general del paciente, para lograr una fácil adaptación a la prótesis y su vida diaria, es indispensable una buena alimentación acompañada de ejercicio.
5. El estado psicológico del paciente es crucial para lograr utilizar una prótesis de pierna o de brazo.

Rehabilitación con prótesis: En amputaciones de extremidades inferiores

Después de una amputación, un alto porcentaje de las personas experimenta la sensación de miembro fantasma, que se suele describir como la percepción que el miembro ampuamputtado todavía está presente.

Para iniciar una rehabilitación exitosa en pacientes con amputación, es importante analizar el tipo de cicatriz, forma del muñón (cónico, puntiagudo, globuloso, deforme, rectangular), nivel de amputación, molestias que siente el paciente (puntos dolorosos, sensaciones fantasmas, calambre, hormigueo, etc.), sensibilidad (respuesta fisiológica del organismo a los diferentes estímulos), valoración articular y valoración muscular.

También es importante realizar los siguientes exámenes:

Examen pre-protésico:

Se observa al paciente, lo que es capaz de realizar sin su prótesis dentro de las paralelas, realizando un test para determinar sus niveles de movilidad.

Examen Protésico o Ambulatorio:

Cuando el paciente ya cuenta con su prótesis se realiza ejercicios en las paralelas, observando minuciosamente si presenta buena postura, estabilidad y equilibrio.

Tratamiento Rehabilitador

Para determinar las pautas de un tratamiento, se establece según lo que arroje el examen físico. En la práctica diaria, ha resultado útil dividir el programa de rehabilitación de los pacientes amputados en cuatros fases:

1. Fase pre-quirúrgica o pre-operatorio

En condiciones ideales, el tratamiento de rehabilitación comienza antes de la amputación con:

• Terapia respiratoria
• Frecuentes cambios de postura
• Estimulación de la circulación sanguínea
• Movimiento de forma intermitente (movilización, tratamiento de las contracturas, estiramientos musculares, movimiento activo, movimiento asistido, movimiento pasivo, estabilización, fortalecimiento del tronco, preparación para la reeducación de la marcha y conocimiento de la prótesis)

2. Fase quirúrgica

Por parte del especialista es importante tener en cuenta, que el nivel de amputación sea el adecuado para cada tipo de paciente, y que el muñón quede en condiciones óptimas, para realizar una correcta rehabilitación.

3. Tratamiento rehabilitador en la etapa pre-protésica

Si la rehabilitación física no se inició antes de la cirugía, debe realizarse después de la operación. Los objetivos en esta etapa son conseguir una independencia funcional respecto a los autocuidados y la movilidad sin una prótesis, así como preparar al paciente y a su miembro residual para el uso de una prótesis.

Esta preparación se logra mediante el aprendizaje de un correcto vendaje del miembro residual para conseguir y dar la forma deseada al muñón, ejercicios fortalecedores del muñón, ejercicios para ampliar y conservar el arco articular, ejercicios en colchón para fortalecer el cuello, tronco y miembros superiores, desarrollar el equilibrio, corrección postural frente al espejo, training de marcha entre paralelas, entrenamiento de la marcha con banquillos, muletas y otros aditamentos utilizados para la marcha dentro y fuera de paralelas.

Se puede dar masaje suave en el miembro residual distal para evitar adherencias cicatriciales y proporcionar aferencias táctiles y desensibilización ante el dolor.

4. Tratamiento de la etapa protésica

Cuando el paciente ha alcanzado buena fuerza muscular, buena configuración del muñón y no presenta complicaciones, podemos iniciar la fase protésica. Una vez que el paciente ha recibido la prótesis, necesitará una rutina de rehabilitación física para acoplarse a la prótesis sin mayor problema.

En los pacientes con amputación, el enfoque se dirige a conseguir un patrón de marcha suave y simétrica, para lograr el máximo rendimiento energético y el mejor aspecto estético, para ello existen algunas pasos:

Primero:

Aprender a colocarse y quitarse correctamente la prótesis con instrucciones para aumentar progresivamente la tolerancia a su uso.

Intensificar los ejercicios de equilibrio sobre las prótesis antes de intentar cualquier tipo de marcha, como permanecer de pie y transferir el peso corporal a la prótesis y mantener el equilibrio.

Segundo:

Establecer patrones dinámicos de la marcha y posturas entre paralelas, así como entrenamiento de la marcha entre paralelas con prótesis rehabilitadora.

Corregir postura frente al espejo, adiestrar en el uso de ayuda ortopédica para la marcha. Corregir anomalías de la marcha.

Tercera:

Patrones dinámicos de la marcha y postura fuera de las paralelas, en planos irregulares (marcha en zigzag, marcha lateral, marcha sobre huellas, etc.) Training de marcha por terrenos planos con incremento progresivo de distancia, disminuir paulatinamente el uso de ayuda ortopédica para la marcha.

Cuarta:

Patrones dinámicos de la marcha y postura de las paralelas por terrenos irregulares. Marcha por terrenos irregulares (marcha con braceo, marcha con obstáculos, elevación y descenso)

Subir y bajar escalones y planos inclinados. Entrenar en la incorporación desde el piso (caídas) primero en colchón y después en césped.

La principal meta para los amputados de miembros inferiores, será aprender a caminar de nuevo. Estamos seguros que no solo volverá a caminar, sino que es muy posible que pueda correr.

No te pierdas lo compartido por Kathy Picó y su experiencia en este tema.

-Con la revisión de la Fisioterapeuta Yadelmar Bell

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